Desde que tengo uso de razón, de memoria he sido una persona obsesionada con las cosas, con los momentos...con las personas, me aferro a las sensaciones y a las emociones, les doy un valor muy importante aunque en realidad no signifiquen mucho.
Me gusta sentir el Gel antibacterial entre las manos, esa sensación refrescante que da al frotarlas y al moverlas, cuando estaba aburrida en el servicio social, tomaba la botella de gel y me ponía una porción, zangoloteaba las manos de un lado a otro divertida, mientras esperaba que pasaran las 4 horas con las cuales tenía que cumplir diariamente....él era mi compañero y mi distractores en aquel pequeño cubículo de 4 x 4.
mi mamá me regalo una pequeña botella llena de gel y me la termine en menos de una semana, en realidad me importa poco si ayuda a desinfectar las manos y es buena opción para cuando no hay jabón....a mí solo me gusta sentir frescas mis manos y oler el alcohol, que extraña costumbre y que rara forma de iniciar este blog...
lo que quería dar a entender es...que así como me obsesione con el gel antibacterial, me apego a las cosas...y a las personas me gusta sentirlas en mis manos y olerlas....quedarme con esa sensación agradable de ellas para recordar en momentos de tristeza y volver a la felicidad.
